Dos niños se
abrazan y lloran. Son primos y tienen 11 años. Uno de ellos está próximo a
embarcarse en un avión con destino a México. Tiene miedo. El otro, el que
se queda, le entrega un juguete. “Él te protegerá”, le dice. Es un muñeco con
capa y traje de superhéroe.
Ambos se abrazan
con fuerza mientras se dicen cosas al oído. Hay lágrimas en sus
rostros. El menor se separa y toma las manos de sus padres, con los que viajará
a México vía aérea. Luego, los tres intentarán cruzar a Estados
Unidos por caminos irregulares.
Los adultos
recogen las maletas del suelo. Caminan y cruzan por la única puerta habilitada
para el acceso de pasajeros a la terminal del aeropuerto
Mariscal Sucre, en el nororiente de Quito. Presentan sus pasaportes a los
guardias. Solo así les permiten el paso.
Por medidas de
bioseguridad, los acompañantes se quedan afuera. “Ojalá lleguen bien”, “Diosito
los va a cuidar”, dicen los amigos y familiares que miran por los amplios
ventanales hacia el interior.
En las pantallas
gigantes se observa el itinerario. El vuelo a México está previsto
que salga a la 01:00. El reloj marca las 00:11. Un equipo periodístico de este
Diario acompañó la noche del martes y la madrugada del miércoles 25 de agosto
del 2021 a los familiares en los exteriores de la terminal.
Hace frío. Unos
llevan ponchos y cobijas para calentarse. Otros se acomodan en el piso uno a
lado de otro. Ahí duermen. Los niños aprovechan para jugar. Todos llegaron a Quito desde comunidades de
Cotopaxi, Tungurahua, Chimborazo, Cañar y Azogues.
Dicen que se
quedan cerca para despedirse cuando salga el avión y ayudar en caso
de que a los suyos les falte algún documento para viajar.
Desde el 2 de
agosto último, México pidió requisitos adicionales a los ecuatorianos
para ingresar. Entre las exigencias están tener impreso y pagado el boleto de
regreso a Ecuador, un comprobante de pago del alojamiento, carta de invitación
de una persona que viva en México y una prueba de recursos económicos suficientes
para cubrir el período de estadía en México.
Un hombre con
chaqueta negra sale apresurado de la terminal aérea. Su rostro es de
preocupación. Los familiares, que se encuentran en la vereda, se levantan
sorprendidos.
Todos se colocan
a su alrededor y le hacen preguntas. Él comenta que decidió no abordar el
avión, porque en la sala de espera conversó con otras personas y se dio cuenta
que no tenía los nuevos requisitos.
Explica que el coyotero no
le informó de los cambios y que prefirió no subirse para “evitar problemas
allá”.
Roberto Canseco,
jefe de Cancillería de la Embajada de México en Ecuador, dice que esos
requisitos son para garantizar que la autoridad migratoria de su país “pueda
tener plena convicción de que lo que dice el viajero es verdad” cuando intenta
ingresar por turismo.
En caso de que
un agente de Migración lo solicite, el viajero debe presentar documentos que
acrediten que ha tenido un año de antigüedad en el trabajo, que ha ganado en
los últimos meses, en promedio, USD 708,5 o que tiene movimientos de USD 2125,5
en caso de tener negocio propio.
El hombre que no
tomó el avión señala que lo intentará nuevamente esta semana. Conversa con este
Diario y dice que hablará con el coyote para que le consiga la carta
de invitación y otros papeles.
“Él me va a
cobrar USD 16 000. Si no me voy no le cancelo los USD 13 000 que faltan”.
Los familiares
que están en el aeropuerto depositarán el dinero en su cuenta en el
transcurso del día para engrosar los números. “Ya perdí el dinero del vuelo,
pero yo tengo que intentarlo otra vez”, sostiene.
Quiere llegar a
México antes del 4 de septiembre, cuando entrará en vigencia la obligatoriedad
de tener una visa para ingresar a esa nación.
Dos mujeres que
viajan juntas obtuvieron sus pasaportes el lunes. Se quedaron a
dormir una noche en las afueras del Registro Civil de Cuenca, para
lograrlo. Apenas obtuvieron el documento, compraron los pasajes hacia México.
Quieren trabajar en New York.
La entrega de
pasaportes ha ido en aumento. En enero, el Registro Civil emitió en
el país 26 789 pasaportes. En julio llegó a 51 886. Pichincha, Guayas y Azuay
son las provincias con mayor demanda.
Las dos mujeres
tenían entre sus papeles una carta de invitación. “Nos consiguió la agencia
(coyote)”, cuentan. Pero ellas no tienen familiares en México. También
poseían certificados bancarios. En el último mes, una de ellas pasó de
tener USD 30 a USD 3 400.
En lo que va del
año, el Ministerio de Gobierno contabilizó que 88 696 ecuatorianos viajaron a
México. De ellos, solamente regresaron 34 331.
Muchos buscan
cruzar la frontera de Estados Unidos.
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